La aventura de la muerte.
Mi alma es una luz opaca,
suave y titilante...
que se va elevando poco a poco,
sin que nadie pueda notar su ausencia.
No se escuchan grillos ni cigarras
y el viento es solo un eco de memorias,
el llanto lejano es solo mío,
mi dolor, mi pena, mi extravío.
Y sin embargo voy cual viento,
recorriendo las sienes de los míos,
besando y bendiciendo sus vidas,
despidiéndome tan solo unos minutos.
Tenuemente me uno al infinito,
me sumerjo despacio en la negrura,
y sin embargo, entre muchos otros...
brillo.
Mis manos son helechos verdes,
ramas frescas que se estiran hacia el cielo,
pájaros insomnes que van volando al viento.
Y soy un campo de verdes pastos,
piel y huesos bajo la hojarasca seca,
una luz opaca, suave y titilante...
que va creciendo de nuevo en algún sitio.
-La aventura de la muerte-
No hay comentarios:
Publicar un comentario