martes, 28 de mayo de 2024

Cafelito.


Cafelito.

Ella, cómo un buen café,
se me antojaba a todas horas,
(una de crema por dos de azúcar)
¿Cuántas tazas me habría bebido
desde sus ojos hasta su boca
sujetando quizás de cada dedo
el haza de mi corazón en fuga?

Cafelito era de mis días amargos,
nota de vapor que todo endulza,
y en su danza al son, (rumor y espuma)
me gustaba tanto pretender o imaginar
que me servía a veces su amor…
 y no un descafeinado.

Y sin embargo aquí existimos
los sibaritas, los amantes de lo fino,
los eternos fracasados.
(¿Cuánto su entrecejo habría surcado
cada noche, cada día, o cada tanto?)

Me gustaba, pues, para una vida…
aunque el cafelito no dure más de un rato,
y sin embargo y sin dudar, la bebería…
hoy, mañana, y cada día hasta no sé cuándo.

(…)

Ojalá y dios quiera un día
(ya sea por amor, error o algo),
volver a endulzarnos a los dos la vida,

aunque hoy le escriba yo una carta de amor
y usted me sirva, quizás y solamente,

uno más, descafeinado.

-Cafelito-

 

lunes, 20 de mayo de 2024

Y entenderás que te quise.

Nos dejamos influenciar por las modas, por los amigos y la gente, por los pretendientes que nos adornan el oído con sus constantes atenciones... y perdemos el piso. Sucede a veces que por seguir aquellas cosas vamos perdiendo de vista lo que de verdad importa (una meta, un deseo, una persona) y poco a poco avanzamos en lo queremos creer (o nos hacen creer) que es lo correcto. El problema surge cuando dejamos ir algo que en verdad importaba sin darnos cuenta, pues el tiempo no vuelve y a veces, las personas tampoco. Nos queda entonces el arrepentimiento, un recordatorio de aquello que perdimos... por perseguir, absurdamente, un poco de humo.




Y entenderás que te quise.

Y entenderás que te quise…
Cuando ya sea tarde y nada quede,
cuando te den la espalda los amantes
que decían quererte entre murmullos.

Y ahí, cuando toda la gente al fin te falle…
sabrás que te quise, te acordarás de mí,
y como el verso ya olvidado de un poema
o una rosa marchita en la ventana,
buscarás de nuevo el encontrarme.

(Fantasma del recuerdo, latido del pasado)

Tarde será, lo siento, en todo caso,
pues dos veces no vuelven a encontrarse…
Aquellos que fueron hechos
solamente para cumplir un plazo.

Entenderás que te quise y será tarde
pues no volverán jamás sobre sus pasos
(como no vuelven jamás para encontrarse)
las horas, los días, los meses y los años.

Y quizás si un día al caminar nos encontramos…
pasaré de largo para no volver a molestarte,
para no estorbar en tu camino como antes,
como cuando yo te quise, y tú nunca lo notaste.

-Y entenderás que te quise-


lunes, 13 de mayo de 2024

Hojas de papel.


 Los humanos, cómo los cuadernos y los libros, llevan historias dentro, unos, escritas dentro, entre sus páginas, los otros... en el alma, poéticamente hasta en la piel, incluso. Los escritores saben un poco de eso, de toda la magia y similitudes ocultas que entre una cosa y otra. El mundo es una maravilla si aprendes a mirarlo de una forma diferente, a escribirlo y describirlo de una forma diferente, a disfrutarlo desde sus distintas perspectivas, como, por ejemplo, ser las hojas de un cuaderno.



 

lunes, 6 de mayo de 2024

Mía.


Mía.

Aquella mujer que hoy a tu lado espera,
más vale que por mí lo sepas,
fue antes mía si ahora es tuya,
y mañana, cuando canten “aleluya”,
verás que aún de mi pronto se acuerda.

No habrá en su rostro nunca tal belleza,
y eso por mi nombre te lo apuesto,
como la que hubo en el pasado nuestro
cuando en el amor se hablaba solamente de pureza,
antes de la llegada de vos, y de toda tu riqueza.

Dirás entonces que vos podrás borrarme,
que en su corazón no llevará el recuerdo a cuestas,
pero al final, pobre riquillo amanerado y tunante,
verás que era yo y nunca vos, el príncipe de cenicienta.
Y sí, quizás tan pobre y tan jodido yo, pero de ella.

Y cada noche, cuando contigo vos la tengas,
habrás de cerrar los ojos, de apagar las velas,
pues en sus gestos verás, en sus labios, en su lengua,
el nombre de aquel hombre, lo sutil de la silueta…
Al hacerle el amor, al querer a tu modo enloquecerla.

No habrá paz en tu latido, te aseguro,
pues en tus manos tienes lo que es mío,
y yo tengo aquello que nunca será tuyo.
Pues aquella mujer que hoy a tu lado espera…
Será por siempre mía, eterna, te lo juro.

-Mía-


 

Her.

  Her. I’ve told the story once of a forest made from black under rainy weather silk, (bushes, threes) soft night of pale skin. Starry eyes ...