martes, 31 de diciembre de 2024
sábado, 28 de diciembre de 2024
viernes, 27 de diciembre de 2024
lunes, 23 de diciembre de 2024
Aquí, me desnudo.
Aquí,
me desnudo.
(A corazón abierto)
Aquí me desnudo,
más allá del cuerpo y la palabra,
a camisa abierta y palpitante.
Aquí, pues, me desnudo,
lejos de la lengua...
pero cerca de tus ojos.
Y aquí me quedo,
quieto por perdido,
iluso por enamorado.
Y sé que si me miras...
seguirás estando ciega
y yo desnudo.
Y colgaré de tus labios la sorpresa
y el tic-tac de los segundos.
Aquí... me desnudo.
Lejos del verbo y del verso,
de aquel “te amo” moribundo...
Que lleva ya tantos años atorado
entre la garganta y un eterno nudo.
—Aquí, me desnudo—
jueves, 19 de diciembre de 2024
El asunto con el oso del pasado.
El asunto con el oso del pasado.
¡Cuidado! –Gritó mi hija pequeña a su hermana mientras corría de un lado a otro. –¡hay que ayudar al oso del pasado!
Un poco sorprendido, pero sin dejar de mirar el periódico, le pregunté -¿Cuál es el asunto con el oso del pasado y, cómo es que no puede resolverlo él mismo?
¡Ay, papá! –Me respondió girando los ojos como todo niño pequeño al hacer un berrinche. –es obvio que no puede resolverlo él mismo, si pudiese hacerlo, entonces no existiría un oso del presente, ni siquiera nos preocuparía un oso del futuro, porque, claro, seguiría siendo el mismo oso del pasado. Pero no te preocupes, le diré a mamá que te explique luego acerca de la funcionalidad del tiempo y como nos va cambiando. Por ejemplo, tú siempre has sido y serás el mismo, mientras que yo, por otro lado, me haré más grande y ya no seré la misma…
A menos que… -interrumpió su hermana con un toque de sincera solemnidad, como la de aquel sabelotodo que siempre tiene una respuesta en la punta de la lengua. –¡pudiésemos resolver el asunto con el oso del pasado!, así entonces podríamos quedarnos para siempre en este punto, en este mismo instante, jugando.
Y yo, como todo padre absurdo que no logra entender el juego de sus hijos, no dije nada. Me quedé ahí en silencio, bebiendo a sorbos de mi taza y sin dejar de observarles, pensando (deseando con todo el corazón), que pudiesen, al final, resolver el asunto con el oso y sus aparentes saltos en el tiempo.
-El asunto con el oso del pasado-
Y te sueño.
Y te sueño.
Hoy soñé contigo, mujer de viento,
que tu mano y la mía,
(y no te miento)
se fundían de nuevo en un abrazo,
que tu boca y mi boca,
(sin saber dónde termina una y empieza la otra)
se buscaban mutuamente, armando puentes,
destruyendo muros.
Soñé que tus ojos y los míos se encontraban
(una vez de nuevo, una vez, mirada)
y el mundo giraba entre nosotros,
sin muros, con palabras.
(sin silencios mutuos...)
Te soñé, pequeña de otros mundos,
mientras mi vida se acababa,
(y es que todo cae sin ti a mi lado…)
agujero de nieve, escarcha y muerte.
Y es que te sueño
(y sí, constantemente…)
como el todo que habita en esta nada,
imborrable al tiempo y el espacio, pero ajena,
ajena de mí, mas no de otro, nunca.
Y te sueño mía tan absurdamente,
(y tan hermosamente sin embargo…)
que busco en tu pelo un universo,
un respiro de flores nuevas, viejas,
de dedos surcando la noche en rizos.
Y mis dedos y los tuyos se entrelazan,
(puentes de destino, de distancia…)
mientras tu boca y la mía se dibujan aves,
palomas de un amor lejano que no muere,
que vuelve al nido de mi pecho
(de mi subconsciente...)
y estalla en confusa magia,
pues no sé si yo te quiero y aún me quieres…
o si te amo y es por eso y solo eso
que cada noche sin pedirme, vuelves.
y te sueño, danza interminable de tu cuerpo y el mío,
de tu mano en la mía y un abrazo silente,
de mi boca y la tuya y aquel puente,
de la lengua, tu lengua y la mía,
de un lenguaje sin dueño, sin mente,
corazón de esponja y lluvia,
palabra, verso, poema, tu nombre…
Y tu nombre que rompe mis costillas,
y tu voz que lo arma todo nuevamente,
voz de niña, vos, de adulta y niña,
que suave me parece tu regazo…
¡qué suave tu recuerdo entre mi mano!,
nube de oveja, rizo de cielo amado.
Y me pregunto si quizás me piensas…
mientras yo me muero cada noche por tu abrazo,
(porque sí, yo jamás podría negar que yo te necesito,
que sin dudarlo, cada vez te extraño)
y me pregunto si quizás es esto lo correcto...
para un amor,
que en el índice y partiendo desde el pecho…
ambos llevamos en nuestras vidas anudado.
-Y te sueño-
miércoles, 18 de diciembre de 2024
lunes, 16 de diciembre de 2024
Manantial.
Manantial.
Pudiera llegar sediento
al agua que de tu boca emana,
más, la espina de la rosa yo prefiero
con el carmín de tus labios sea regada,
y si nos hiere, mujer, yo te prometo…
Habrá, mudos, dos testigos,
tus ojos y a la par los míos,
y por ninguno se derramará
(jamás)
agua salada.
-Manantial-
jueves, 12 de diciembre de 2024
martes, 10 de diciembre de 2024
domingo, 8 de diciembre de 2024
sábado, 7 de diciembre de 2024
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