Un día de estos, cuando menos te lo esperes…
Anidará en tu pecho un ave vieja, herida,
y al mirar por entre las calles, afligida…
Recordarás mi amor, aunque nunca lo desees.
Será entonces un canto incesante, insistente,
el que te despertará cada
mañana a un nuevo día,
y es que amor, te amé y no fuiste mía…
Como lo fui yo, de forma total y persistente.
Y pasará de nuevo el tiempo entre nosotros
y es que amor, te amé y no fuiste mía…
Como lo fui yo, de forma total y persistente.
Y pasará de nuevo el tiempo entre nosotros
mientras su pico excava al
fondo de tu pecho,
pues en ese fondo hará su lecho…
El ave que en tu memoria llevará mi rostro.
Y pensarás quizás en lo dicho y en lo hecho,
y un suspiro te recordará mi nombre,
pues aún y en los brazos de otro hombre…
Abrazarás mi amor en el recuerdo.
Y un día de estos, cuando menos te lo esperes…
-De un ave vieja-
pues en ese fondo hará su lecho…
El ave que en tu memoria llevará mi rostro.
Y pensarás quizás en lo dicho y en lo hecho,
y un suspiro te recordará mi nombre,
pues aún y en los brazos de otro hombre…
Abrazarás mi amor en el recuerdo.
Y un día de estos, cuando menos te lo esperes…
-De un ave vieja-
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